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Diciembre 14, 2020

Teoría de subastas de Premios Nobel de Economía permite mayor competencia en Convenios Marco de ChileCompra

  • “Las estimaciones más conservadoras indican que el nuevo diseño disminuyó los precios en un 10%, en gran parte producto de un aumento en la competencia en el caso del Convenio Marco de alimentos,” indica el académico Marcelo Olivares quien lideró el equipo de ingenieros de la Universidad de Chile que trabajó en conjunto con ChileCompra y académicos de la Universidad de Stanford para implementar el nuevo modelo de Convenios Marco.
  • Gabriel Weintraub, académico chileno de la Universidad de Stanford indica que lo que se está haciendo en ChileCompra con el nuevo modelo de Convenio Marco es comparable a países desarrollados como Estados Unidos y otros de Europa, “en Chile se está haciendo diseño de mercado de punta, usando ciencia económica para diseñar algunos de estos mercados”.

Robert Wilson y Paul Milgrom, ambos economistas de la Universidad de Stanford, recibieron este año el Nobel de Economía por su revolucionaria teoría de subastas, que permitió llevar la ciencia económica a escenarios concretos, como son las compras del Estado.

En el año 1994 diseñaron la primera subasta de espectro para la compra de telefonía celular que se realizó en Estados Unidos, recaudando miles millones de dólares. Desde entonces, su modelo se replicó en el mundo entero, incluido Chile. La primera vez que se aplicó una teoría de subastas similar en el país, fue a fines de los 90 y comienzos de los 2000, cuando un grupo de académicos de la Universidad de Chile, liderados por Rafael Epstein, diseñó la subasta del programa de alimentos de la Junaeb. El cambio en el diseño de esta licitación, logró ahorros equivalentes a los alimentos de 300 mil niños y niñas.

“Una de las contribuciones más importantes de Robert Wilson y Paul Milgrom es que desarrollaron varios modelos fundamentales de la teoría de subastas, que básicamente implica subastar un bien y tener oferentes con distintos costos, mostrando qué tipo de reglas uno debería implementar, por ejemplo para que el precio de compra sea el más bajo posible. Esos modelos matemáticos son contribuciones muy importantes a la microeconomía, pero lo que ellos hicieron fue llevar estos modelos a la práctica, llevar la economía a la ingeniería y diseñar sistemas reales. Lo que nosotros hicimos fue seguir este modelo en los Convenios Marco de ChileCompra, diseñando mercados reales a partir de la teoría económica”, señala Gabriel Weintraub, académico chileno de la Universidad de Stanford.

De izquierda a derecha: Gabriel Weintraub y Marcelo Olivares.

Weintraub, junto al profesor de ingeniería industrial de la Universidad  de Chile, Marcelo Olivares, y Daniela Saban también académica de la Universidad de Stanford, han contribuido a la reformulación que ChileCompra ha llevado a cabo en el modelo de sus licitaciones de Convenio Marco, una modalidad de compra que se aplica a bienes estandarizables, de uso frecuente y transversal por parte de los organismos.

En el año 2016, los académicos levantaron un primer diagnóstico sobre los procesos de compra y obtuvieron con posterioridad los recursos del Fondef para implementar un nuevo modelo de Convenios Marco que buscaba bajar los precios a través de una disminución en la variedad del catálogo de un Convenio Marco, mayor competencia en la entrada y un mayor análisis de los mercados

Ahorros de US$ 5 millones en Convenio Marco de Alimentos
La licitación del Convenio Marco de Alimentos licitado en el año 2017 fue la primera que incluyó la teoría de subastas. “Era importante que fuese un piloto que nos permitiera medir de forma bien limpia estas intervenciones que se estaban proponiendo, cuál era el impacto que podían tener en la eficiencia del Convenio Marco, siendo el foco lograr un compromiso entre precios y variedad de productos, generando competencia por entrar al mercado, y asegurando precios competitivos” recuerda Olivares sobre el trabajo desarrollado en conjunto con el equipo de ChileCompra.

En ese sentido, Weintraub va más allá e indica que lo que se está haciendo con el nuevo modelo de Convenio Marco es comparable a países desarrollados como Estados Unidos y otros de Europa, “en Chile se está haciendo diseño de mercado de punta, usando ciencia económica para diseñar algunos de estos mercados”.

Además, se consideró como factor relevante la incertidumbre de los precios, ya que antes no se les permitía a los proveedores reajustarlos según la variación de sus costos por factores como la estacionalidad. La nueva propuesta incluyó un índice de precios dinámico basado en información objetiva, y esto generó una reducción en los precios ofertados por los proveedores, ya que disminuyó la incertidumbre relativa a la modificación de sus precios según sus costos observados.

De esta manera, sin reducir significativamente la variedad de productos, se establecieron incentivos para lograr mayor competencia de entrada al Convenio Marco, al mismo tiempo que se uniformó el catálogo al que se podía ofertar, haciendo un cambio tan simple como significativo, como fue estandarizar las unidades de medida.

“Si no se puede estructurar un catálogo, mejor no hacer un Convenio Marco porque se pierden todas las ventajas”, indica Olivares. A lo que agrega Weintraub: “una de las claves en el éxito de la subasta es el nivel de competencia y entonces cuando tienes un catálogo bien definido y más uniforme, eres capaz de generar competencia requerida para bajar los precios”.

Al mismo tiempo, catálogos de Convenios Marco más estandarizados permiten -según los académicos- analizar de manera más fácil lo que está pasando en el mercado, al poderse comparar los precios a los que están comprando los organismos públicos, y al revisar la competencia entre los proveedores. “Cuando tienes un catálogo bien definido, el proceso es más sencillo, además genera competencia dentro de la tienda por encima de la subasta por entrar al mercado”, indica Weintraub sobre la operativa de los convenios.

“Las estimaciones más conservadoras indican que el nuevo diseño puede disminuir los precios en un 10%, en gran parte producto de un aumento en la competencia. Esto representa un ahorro potencial de $5 millones de dólares anuales solo en Convenio Marco de Alimentos. El proyecto apoyó un cambio de paradigma en cómo abordar las compras públicas al interior de ChileCompra y planteó la posibilidad de generalizarlo a muchos otros mecanismos de adquisición y categorización de productos, lo que podría tener un impacto potencial importante en cómo el Estado se abastece”, asegura Olivares.

La licitación del Convenio Marco de Alimentos del 2017 se basó en el nuevo modelo de Convenios Marco y fue la primera aproximación práctica que apuntó a corregir las falencias del anterior modelo y que fueron recogidas en el reciente estudio de la Fiscalía Nacional Económica. Desde esa fecha en adelante se han replicado los principios en el resto de los Convenios Marco licitado por ChileCompra desde entonces, esto es los Convenios de Artículos de Escritorio, Mobiliario de Escritorio, Ferretería y Computadores. “En computadores, lo que se hizo fue disminuir de forma importante la variedad del catálogo, se buscó estandarizar el producto y establecer una gama de computadores que necesitan las unidades de gobierno. Se cambió radicalmente el diseño de cómo opera este Convenio y evidentemente eso se tradujo en importantes ahorros respecto al convenio anterior”, apunta Olivares.

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